El alcalde de Cieza, Tomás Rubio, y el presidente de la Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo, José Balsalobre, presidieron este viernes el acto institucional por el que seis ciezanos ausentes fueron homenajeados durante 3 de mayo con ocasión de la festividad del Día de la Cruz. Asistieron también los concejales del Grupo Municipal Popular, y la presidenta de la Gestora del Partido Popular de Cieza y Diputada Nacional Miriam Guardiola.
Una tradición recuperada a principios de los dos mil
Cada tres de mayo, el municipio de Cieza se une en una emotiva procesión para trasladar al Santísimo Cristo del Consuelo hasta su ermita. Este año, miles de devotos acompañaron el cortejo desde la basílica de Nuestra Señora de la Asunción hasta su destino final.
La devoción hacia esta venerada imagen se remonta siglos atrás, sobreviviendo incluso a la devastación de la Guerra Civil, cuando la talla original fue destruida. Sin embargo, la fe del pueblo ciezano se mantuvo firme, y una réplica del Cristo, traída desde Caravaca de la Cruz, ocupó su lugar después del conflicto.
Además de ser un momento de fervor religioso, el traslado del Cristo del Consuelo es también una oportunidad para que los ciezanos ausentes regresen a su tierra natal. En la década de los años 50 del pasado siglo XX, el Ayuntamiento de Cieza y la propia cofradía alentaron reconocer a estas personas coincidiendo con el Día de la Cruz. Aquella idea se perdió años después, aunque fue recuperada e impulsada a principios de los dos mil por el desaparecido exalcalde del Partido Popular Antonio Tamayo en estrecha colaboración con la Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo. Este año, destacadas personalidades fueron homenajeadas durante la celebración, recibiendo honores del alcalde y la cofradía local.
En medio de las adversidades y los cambios, el Santísimo Cristo del Consuelo sigue siendo un símbolo de unidad y esperanza para el pueblo de Cieza, manteniendo viva una tradición arraigada en la historia y el corazón de los ciezanos.